Una pregunta del Papa Francisco para todos: ¿Has compartido tu encuentro con Jesús?

Al meditar sobre el mensaje del Evangelio de este domingo, donde Jesús resucitado se revela a sus seguidores, el Papa Francisco destacó la dificultad que a menudo enfrentamos al expresar nuestra experiencia personal con Cristo. Animó a todos a compartir abiertamente este encuentro con la familia y amigos, y a estar dispuestos a escuchar las experiencias de los demás.

Dirigiéndose a una multitud de fieles congregados en la Plaza de San Pedro del Vaticano, Su Santidad subrayó la importancia de comunicar la fe en un mundo saturado de mensajes, muchos de los cuales pueden ser perjudiciales o irrelevantes.

El Papa destacó la paradoja de que, aunque compartimos con frecuencia noticias y eventos positivos, a menudo nos cuesta hablar de algo tan trascendental como nuestro encuentro personal con Jesús.

«Cada uno de nosotros tiene una historia que contar sobre cómo ha experimentado la presencia viva y cercana del Señor en su vida», dijo el Papa Francisco. «Es crucial compartir estos momentos no para presumir o enseñar a los demás, sino para celebrar los momentos únicos en los que hemos sentido la presencia de Cristo, ya sea llenándonos de alegría o consolándonos en momentos de tristeza».

El Papa planteó una pregunta provocativa para esta Pascua de 2024: «¿Hemos compartido nuestro encuentro con Jesús? ¿Hemos escuchado atentamente cuando otros comparten sus experiencias de encuentro con él?».

Enfatizó la importancia de compartir estas experiencias en el seno de la familia, la comunidad y con amigos, confiando en que, al hacerlo, Jesús se hará presente de manera sorprendente en nuestras vidas, al igual que lo hizo con los discípulos en la noche de Pascua.

En un momento de reflexión, el Papa invitó a los presentes a recordar un momento significativo en el que sintieron la cercanía del Señor, y a considerar si han compartido esa experiencia para glorificar a Dios y enriquecer la fe de los demás.

Para concluir, el Papa Francisco expresó su deseo de que la Virgen María nos ayude a compartir nuestra fe, para que nuestras comunidades se conviertan en lugares cada vez más propicios para el encuentro con Jesús.