Santa María de la Cabeza, viuda
Hoy recordamos a Santa María de la Cabeza, una mujer de gran fe y devoción, conocida por ser la esposa de San Isidro Labrador, el santo patrón de los agricultores. María vivió en el siglo XII en España y es reconocida no solo por su piedad, sino también por su constante apoyo a las obras y vida de su esposo.
Santa María de la Cabeza compartió una vida humilde y sencilla con San Isidro, marcada por la oración, el trabajo arduo en el campo, y la caridad hacia los más necesitados. Su vida fue un testimonio de amor conyugal y espiritualidad profunda. Aunque no se conservan muchos detalles específicos sobre su vida, la tradición cuenta que María era una mujer de carácter fuerte y una gran intercesora, quien también realizó milagros, especialmente relacionados con la provisión de agua en tiempos de sequía.
Después de la muerte de San Isidro, María continuó dedicando su vida a la oración y al servicio de Dios, eligiendo vivir como viuda consagrada. Se retiró a una vida de soledad y oración, profundizando su relación con Dios y sirviendo de inspiración para aquellos que buscaban una vida de santidad.
Hoy, Santa María de la Cabeza es venerada como ejemplo de mujer cristiana, madre y esposa. Su vida nos enseña el valor de la fidelidad, la oración y la humildad, recordándonos que, en la sencillez de nuestras vidas diarias, podemos encontrar el camino hacia la santidad. Que su ejemplo nos inspire a vivir con devoción y fe, confiando siempre en la providencia divina.
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