Santa María Cleofás: Testigo de la Pasión y la Resurrección de Cristo

Santa María Cleofás es una figura esencial en la historia del cristianismo primitivo. Fue una de las mujeres piadosas que siguió a Jesús durante su ministerio y estuvo presente en los momentos más cruciales de su vida, especialmente en la Pasión y Resurrección. Su testimonio de fe y su cercanía con la Virgen María la convierten en un modelo de fidelidad y devoción.

¿Quién fue Santa María Cleofás?

El Evangelio menciona a María, la esposa de Cleofás, entre las mujeres que acompañaban a Jesús y que estuvieron al pie de la cruz en el Calvario (Juan 19,25). La tradición cristiana sostiene que Cleofás fue hermano de San José, lo que haría de María Cleofás cuñada de la Virgen María. También se cree que fue madre de Santiago el Menor, José, Simón y Judas Tadeo, quienes fueron discípulos de Jesús y posteriormente líderes de la Iglesia primitiva.

María Cleofás formaba parte del grupo de mujeres que seguían a Cristo y apoyaban su misión, mostrando una fe inquebrantable en su enseñanza. Fue testigo no solo de sus milagros y predicación, sino también de su sufrimiento y triunfo sobre la muerte.

Presente en el Calvario y en la Resurrección

Uno de los momentos más conmovedores de su vida fue su presencia en la crucifixión de Jesús. Mientras muchos discípulos huyeron por miedo, María Cleofás permaneció junto a la Virgen María, María Magdalena y el apóstol Juan, compartiendo el dolor de la Pasión. Su valentía y amor por Cristo la llevaron a estar cerca de Él en su momento de mayor sufrimiento.

Además, los Evangelios narran que ella fue una de las mujeres que, al amanecer del domingo, se dirigió al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús con perfumes y aceites, encontrándose con la tumba vacía. Su fidelidad fue recompensada con la noticia más grande de la historia: Cristo había resucitado.

Su papel en la Iglesia Primitiva

Después de la Resurrección, María Cleofás siguió siendo una discípula fiel. Aunque los Evangelios no mencionan detalles sobre su vida posterior, la tradición señala que continuó apoyando la difusión del mensaje de Cristo y ayudó en la formación de la primera comunidad cristiana en Jerusalén.

Algunos relatos sugieren que acompañó a sus hijos en su labor misionera y que sufrió persecución por su fe. Su testimonio, junto con el de los demás discípulos, fue crucial para la expansión del cristianismo.

Un Modelo de Fe y Perseverancia

Santa María Cleofás nos deja un poderoso mensaje de amor y fidelidad a Cristo. Su vida nos enseña que:

• La fe verdadera nos mantiene firmes en los momentos de prueba. A pesar del dolor y la angustia de ver a Jesús sufrir, María Cleofás nunca se apartó de su lado.
• El amor a Cristo nos impulsa a la acción. Como seguidora de Jesús, ella no solo escuchó su mensaje, sino que lo vivió plenamente, acompañándolo hasta la cruz y anunciando su resurrección.
• La familia es un espacio para vivir y transmitir la fe. Sus hijos también fueron discípulos de Cristo, lo que demuestra que su hogar fue un lugar donde se sembraron las semillas del Evangelio.

Devoción y Festividad

La Iglesia la recuerda como una santa y testigo privilegiada de la Pasión y la Resurrección de Cristo. Su memoria se celebra en diversas tradiciones cristianas, y su ejemplo sigue inspirando a quienes buscan vivir una vida de fe auténtica.

Santa María Cleofás, ruega por nosotros.