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Vida Catòlica febrero 20, 2024

San Francisco Marto enfrentó a un demonio luego de contemplar a la Virgen de Fátima

El 20 de febrero se conmemora la festividad de los hermanos Santa Jacinta y San Francisco Marto, los pastorcitos videntes de la Virgen de Fátima. Sor Lucía relató un acontecimiento poco conocido en el que San Francisco tuvo una reacción impactante al enfrentarse a un demonio furioso.

Para comprender mejor lo que le ocurrió al joven San Francisco, es importante recordar lo que revela el Secreto de Fátima, compuesto de tres partes. En las primeras dos revelaciones, Sor Lucía explicó que la Virgen María les mostró a ella y sus primos el infierno.

Los niños presenciaron la visión de los demonios y las almas condenadas en medio del fuego infernal y escucharon los desgarradores gritos de dolor y lamentos desesperados que allí resonaban. “Los demonios se distinguían por sus formas horribles y asquerosas de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes y negros”, detalló Sor Lucía.

La Virgen, con compasión y tristeza, les indicó que eso era el infierno, “donde van las almas de los pobres pecadores”, y les explicó que para salvarlas, Dios deseaba establecer la devoción a su Inmaculado Corazón.

En el libro Memorias de la Hermana Lucía se relata un episodio poco conocido que tuvo lugar después de las apariciones de la Virgen de Fátima. Sor Lucía cuenta que un día, mientras estaban en el campo con las ovejas, Francisco se alejó de ellas y entró en una cueva en una roca.

Después de un rato, comenzó a gritar desesperadamente, llamando a la Virgen de Fátima, así como a Jacinta y Lucía. Las niñas, sorprendidas, lo buscaron y lo encontraron de rodillas, temblando de miedo. Al preguntarle qué le había sucedido, Francisco, horrorizado, les dijo: “Era uno de esos bichos grandes que estaban en el infierno, lanzando fuego”.

Sor Lucía señala que Francisco no solía ser miedoso y que incluso se aventuraba en lugares oscuros por la noche y jugaba con animales salvajes. Sin embargo, en esta ocasión, su reacción fue completamente diferente.

Aunque las niñas no vieron ningún demonio, Lucía, entre risas, le dijo a Francisco: “Tú nunca quieres pensar en el infierno para evitar tener miedo, y ahora eres el primero en sentirlo”.

Lucía también recuerda que cuando Jacinta expresaba su impresión al recordar el infierno, Francisco la animaba diciéndole: “No pienses tanto en el infierno. Piensa en Nuestro Señor y en Nuestra Señora. Yo no pienso en el infierno para no tener miedo”.

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