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Vida Catòlica agosto 30, 2024

San Esteban de Zudaire: Un Ejemplo de Entrega y Sacrificio

San Esteban de Zudaire nació en 1548 en Zudaire, Navarra, en el seno de una España profundamente católica. Desde joven, mostró una inclinación espiritual notable, inspirada por las vidas de santos como San Francisco Javier. A los 19 años, siguiendo este llamado interior, decidió unirse a la Compañía de Jesús, una orden religiosa conocida por su dedicación a la evangelización y la educación.

Después de su ingreso en la Compañía, San Esteban comenzó su formación en el Noviciado de Villarejo de Fuentes, Cuenca. A pesar de ser de origen humilde y tener experiencia como sastre, su vida dio un giro radical al entrar en la orden, transformando su habilidad manual en un símbolo de su labor espiritual. Sus superiores lo describían como un joven de gran fuerza de carácter y un profundo deseo de perfeccionarse en su vocación.

Su formación continuó en los centros jesuitas de Alcalá de Henares y Cuenca, donde se destacó por su fervor y dedicación. Fue finalmente enviado al Colegio de Plasencia, donde recibió su misión más desafiante: llevar el mensaje de Cristo a las tierras del Brasil, una región entonces salvaje y peligrosa, pero llena de potencial para la expansión del cristianismo.

La misión en Brasil representaba un gran desafío, no solo por las difíciles condiciones de vida, sino también por la necesidad de enfrentarse a lo desconocido. Sin embargo, San Esteban aceptó con humildad y valentía, demostrando una fe inquebrantable. Su labor en Brasil no solo se centró en la evangelización, sino también en el apoyo a las comunidades locales, trabajando incansablemente para mejorar sus vidas materiales y espirituales.

San Esteban de Zudaire es un ejemplo inspirador de entrega total a la misión de la Iglesia. Su vida, marcada por el sacrificio, la humildad y la profunda fe, sigue siendo un faro de esperanza y dedicación para todos aquellos que buscan seguir el camino de Cristo. A través de su ejemplo, somos llamados a vivir nuestra fe con la misma pasión y compromiso, sin importar las dificultades que enfrentemos.

Hoy, la memoria de San Esteban de Zudaire nos recuerda la importancia de la misión y el servicio en la vida cristiana, inspirándonos a ser instrumentos de paz y amor en el mundo, al igual que él lo fue en su tiempo.

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