Hoy conmemoramos al Beato Mariano Euse, ‘Padre Marianito’, patrono de la paz para Colombia

El Beato Mariano de Jesús Euse Hoyos, también conocido como el «Padre Marianito», fue un sacerdote diocesano colombiano que vivió entre 1845 y 1926. Es considerado un ejemplo de santidad y servicio a la comunidad, especialmente durante una época difícil de violencia en Colombia.
El Padre Marianito nació el 24 de octubre de 1845 en el municipio de Rionegro, Antioquia, Colombia. Desde joven, sintió una vocación religiosa y decidió ingresar al seminario para estudiar y prepararse para convertirse en sacerdote. Fue ordenado en 1871 y comenzó su ministerio en varias parroquias de su región natal.
Durante su vida sacerdotal, el Padre Marianito se destacó por su caridad, humildad y dedicación a los demás. Trabajó incansablemente en la atención espiritual de sus feligreses y se esforzó por promover la paz y la reconciliación en su comunidad. En un tiempo marcado por la violencia y los conflictos, su presencia tranquilizadora y su compromiso con la justicia y el perdón le valieron el apodo de «don de paz» otorgado por el Papa San Juan Pablo II.
El Padre Marianito también fue conocido por su profunda devoción a la Eucaristía y la Virgen María. Fomentó la adoración al Santísimo Sacramento y promovió la oración del Santo Rosario como medio de encuentro con Dios y fuente de paz interior. A lo largo de su vida, inspiró a muchos fieles a vivir una vida de fe auténtica y a seguir el camino de la santidad.
Después de su muerte el 7 de octubre de 1926, el legado del Padre Marianito continuó creciendo y su fama de santidad se difundió. Fue beatificado el 8 de septiembre de 2018 por el Papa Francisco en una ceremonia celebrada en Villavicencio, Colombia. Su beatificación es un reconocimiento oficial de su vida ejemplar y su cercanía con Dios.
El Beato Mariano de Jesús Euse Hoyos es un ejemplo para los católicos de todo el mundo, especialmente para los colombianos, de cómo vivir el Evangelio en medio de las dificultades y ser un instrumento de paz y amor en la sociedad. Su vida y su testimonio nos recuerdan la importancia de la caridad, la humildad y la búsqueda de la paz en un mundo necesitado de esperanza y reconciliación.
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