Hoy celebramos a San Matías, el discípulo elegido para completar el grupo de los Doce Apóstoles.

Cada 14 de mayo, la Iglesia conmemora a San Matías Apóstol, el discípulo llamado a ocupar el lugar vacante dejado por el traidor, Judas Iscariote, entre los Apóstoles. San Matías es considerado patrono de los carniceros y arquitectos.

Los Hechos de los Apóstoles revelan el aprecio que San Matías tenía entre los miembros de la Iglesia primigenia. San Lucas, autor del relato de su elección para completar a los Doce, deja claro este hecho al recoger las palabras del Apóstol Pedro. Los candidatos fueron José, llamado Barsabás, apodado «Justo», y Matías.

Después de la Ascensión del Señor, los Apóstoles, junto con María y algunos discípulos, aguardaban la llegada del Espíritu Santo. En esos días de oración, Pedro convocó a la comunidad para que decida quién debía reemplazar a Judas Iscariote. Se propusieron dos nombres: José, llamado Barsabás, y Matías. Tras la oración, echaron suertes y la elección recayó en Matías, quien se unió a los once Apóstoles.

No se sabe mucho más sobre San Matías, salvo que permaneció fiel hasta el final de sus días. Se cree que murió apedreado o crucificado en Cólquida (actual Georgia) mientras anunciaba a Cristo.

El Papa Benedicto XVI compartió una reflexión basada en la figura de San Matías, que constituye una clave para comprender y enfrentar el pecado y el mal dentro de la Iglesia: “Aunque en la Iglesia no faltan cristianos indignos y traidores, a cada uno de nosotros nos corresponde contrarrestar el mal que ellos realizan con nuestro testimonio fiel a Jesucristo, nuestro Señor y Salvador”. (Benedicto XVI, Audiencia General, 18 de octubre de 2006).