Hoy celebramos a San Juan XXIII, el Papa que convocó al Concilio Vaticano II

San Juan XXIII, originalmente llamado Angelo Giuseppe Roncalli, nació el 25 de noviembre de 1881 en Sotto il Monte, Italia. Fue ordenado sacerdote en 1904 y dedicó gran parte de su vida al servicio religioso y diplomático. Antes de convertirse en Papa, sirvió como delegado apostólico en Turquía y Grecia, y luego como nuncio en Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Durante este tiempo, ganó reconocimiento por su habilidad diplomática y su capacidad para construir puentes entre diferentes comunidades religiosas y culturales.
Fue elegido como Papa el 28 de octubre de 1958, tomando el nombre de Juan XXIII. Su papado fue relativamente corto, ya que falleció el 3 de junio de 1963, pero durante ese tiempo, logró hacer una marca indeleble en la historia de la Iglesia Católica.
El logro más significativo de Juan XXIII fue la convocatoria del Concilio Vaticano II en 1962, que fue una asamblea ecuménica de obispos de todo el mundo. Este concilio fue una respuesta de la Iglesia Católica a los desafíos y cambios del mundo moderno. Bajo su liderazgo, se introdujeron reformas litúrgicas y se promovió el diálogo interreligioso. También se abordaron temas fundamentales como la libertad religiosa, los derechos humanos y la relación entre la Iglesia y el mundo contemporáneo.
Además del Concilio Vaticano II, San Juan XXIII publicó la encíclica «Pacem in Terris» en 1963, que se centró en los derechos humanos y la paz mundial. Su actitud compasiva y su deseo de acercar la Iglesia a las personas comunes lo convirtieron en un Papa muy querido. A menudo se le recuerda por su amabilidad, su sentido del humor y su apertura hacia los demás.
San Juan XXIII fue canonizado como santo por el Papa Francisco el 27 de abril de 2014, en reconocimiento a su contribución significativa a la Iglesia Católica y su dedicación a la paz y la justicia en el mundo. Su legado sigue vivo en la Iglesia y en la memoria de los fieles de todo el mundo.
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