El Consejo Mundial de Iglesias insta a un alto el fuego inmediato en Sudán

En una declaración emitida el lunes, el secretario general del CMI, Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay, hace un llamado a que se ponga fin a los combates que estallaron el 15 de abril e insta a los militares a retomar el camino hacia la democracia.

Mientras continúan los enfrentamientos violentos entre facciones militares armadas rivales en Sudán, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) ha sumado su voz para pedir el fin inmediato de las hostilidades armadas por el sufrimiento del pueblo sudanés.

En una declaración emitida el lunes, el secretario general del CMI, el Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay, expresó su «profunda tristeza» por la repentina escalada del conflicto entre las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF), leales al presidente de facto, el general Abdel Fattah al-Burhan , y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), las antiguas y notorias milicias Janjaweed dirigidas por su adjunto, el general Mohamed Hamdan Dagalo.

Más de 180 muertos, según ONU
Los enfrentamientos estallaron el 15 de abril, después de meses de tensiones intensificadas entre los dos antiguos aliados en el golpe militar que en octubre de 2021 detuvo la transición de Sudán a un gobierno democrático tras el derrocamiento del autócrata Omar al-Bashir en 2019. Ambos han intercambiado La culpa del inicio de la violencia, que, ha causado la muerte de al menos 144 civiles (185 según fuentes de la ONU), incluidos tres del Programa Mundial de Alimentos (PMA), hiriendo al menos a 1.400.

Los feroces combates han provocado la suspensión de muchas escuelas, centros de salud, mercados y otros servicios básicos, así como operaciones humanitarias vitales en el país.

La preocupación del CMI por el impacto de la violencia en la población
En la declaración, el Reverendo Pillay expresa la profunda preocupación del CMI por el impacto más amplio de la violencia en la población sudanesa, que “ya estaba experimentando importantes necesidades humanitarias, desafíos políticos y económicos, una alta tasa de inflación, pobreza generalizada y graves impactos de cambio climático.»

Por lo tanto, el CMI pide un alto el fuego inmediato por el bien del pueblo sudanés y reitera su llamamiento de noviembre de 2021 “instando a las autoridades militares de facto de Sudán a devolver el control que tomaron ilegítimamente en octubre de 2021, y devolver a Sudán a el camino democrático del que fue indebidamente desviado”.

“Hacemos un llamado a todos los líderes sudaneses para que recuerden sus responsabilidades hacia la gente y trabajen para abordar los desafíos políticos, económicos, sociales y ambientales que afectan al país”.

Solidaridad orante con las personas y las iglesias en Sudán
Al tiempo que expresa su cercanía en oración a las familias de las víctimas y los heridos, el reverendo Pillay concluye invitando a la “solidaridad ecuménica internacional, el apoyo y la oración por las iglesias de Sudán” y reza para que “Dios conceda la paz y restablezca la estabilidad en Sudán”.

Una larga historia de guerra interna en Sudán
El llamado del CMI se suma al coro de voces globales, incluidas las de los Estados Unidos, la Unión Africana y los principales estados árabes, que piden el fin permanente de la violencia y la reanudación de las conversaciones destinadas a restaurar un gobierno civil en el país.

Sudán tiene una larga historia de guerra interna, inestabilidad y violaciones de los derechos humanos, que han continuado incluso después de la independencia de Sudán del Sur en 2011, y después del derrocamiento del antiguo autócrata y presunto criminal de guerra Omar al-Bashir en un golpe militar. en 2019.

Los dos hombres fuertes del nuevo régimen militar establecido en octubre de 2021 no están de acuerdo sobre cómo restaurar el gobierno civil en Sudán, y específicamente sobre la fecha límite para incorporar a los paramilitares RFS al ejército.

El general Dagalo afirma representar a grupos marginados contra las élites del país, pero sus antiguas milicias Janjaweed han sido acusadas de abusos generalizados contra los derechos humanos y de limpieza étnica durante el conflicto de Darfur en Sudán.

Fuente: Vatican News