SS. MARCELINO, SACERDOTE, Y PEDRO, EXORCISTA, MÁRTIRES, SOBRE LA VIA LABICANA

San Marcelino y San Pedro son dos santos mártires venerados en la Iglesia católica. Fueron compañeros en el martirio y se cree que murieron en el siglo IV. Su festividad se celebra el 2 de junio.

Marcelino era un sacerdote y Pedro era un exorcista. Ambos ejercían su ministerio en Roma durante el reinado del emperador Diocleciano, conocido por su persecución a los cristianos.

Según la tradición, Marcelino y Pedro fueron arrestados por su fe y sometidos a diversos tormentos y torturas debido a su negativa a renunciar a su fe cristiana. A pesar de las adversidades, se mantuvieron firmes en su compromiso con Cristo.

Uno de los episodios más conocidos de su martirio está relacionado con su negativa a ofrecer sacrificios a los dioses paganos. Se dice que, incluso en prisión, continuaron evangelizando y convirtiendo a otros prisioneros y carceleros al cristianismo.

Finalmente, Marcelino y Pedro fueron condenados a muerte por decapitación. Se dice que su martirio tuvo lugar en la Vía Labicana, una antigua vía romana que conectaba Roma con Labicum (hoy en día, Monte Compatri, Italia).

La devoción a San Marcelino y San Pedro se ha mantenido a lo largo de los siglos, y su ejemplo de fidelidad y valentía en medio de la persecución ha inspirado a muchos fieles. Son considerados modelos de fe y testimonio cristiano, dispuestos a dar sus vidas por amor a Cristo y a su Iglesia.

Aunque hay pocos detalles históricos sobre la vida de San Marcelino y San Pedro, su martirio y su legado de fe han sido transmitidos a través de la tradición cristiana y su culto ha perdurado a lo largo de los siglos. La Iglesia los venera como santos y los recuerda como testigos valientes del evangelio.