S. SILVERIO, PAPA Y MÁRTIR

San Silverio fue un Papa y mártir nacido en Frosinone, Italia. Fue elegido como Papa en el año 536 y su papado duró solo un año y medio. Durante su pontificado, se vio involucrado en la guerra entre el Imperio Bizantino y los Godos por el dominio de la península Itálica.

Silverio se enfrentó con determinación a la herejía monofisita, que afirmaba que en Jesucristo solo había una naturaleza divina, negando su naturaleza humana. Esta herejía había causado controversia y divisiones en la Iglesia en ese tiempo, y Silverio defendió la ortodoxia católica y se opuso firmemente a la doctrina monofisita.

Sin embargo, sus acciones en relación con el conflicto entre Bizantinos y Godos generaron descontento entre algunas facciones políticas y religiosas. El emperador bizantino, Justiniano I, buscaba una solución pacífica con los Godos y acusó a Silverio de conspirar con el rey godo Teodato.

Como resultado, Silverio fue arrestado y exiliado a la isla de Palmarola, donde sufrió maltratos y privaciones. Durante su exilio, Silverio fue reemplazado por el antipapa Vigilio, quien era favorable al emperador y apoyaba la política de Justiniano.

A pesar de las dificultades que enfrentó, Silverio se mantuvo firme en su fe y en la defensa de la ortodoxia católica. Finalmente, murió como mártir el 20 de junio de 537 en su lugar de exilio.

San Silverio es venerado como santo y mártir en la Iglesia Católica. Su festividad se celebra el 20 de junio. Su vida y martirio son un testimonio de valentía y fidelidad a la fe, incluso en tiempos de persecución y conflictos políticos.