S. ROSA DA LIMA, VIRGEN, TERCIARIA DOMINICA

Santa Rosa de Lima:
- Vida temprana y conversión: Santa Rosa de Lima, cuyo nombre completo era Isabel Flores de Oliva, nació el 20 de abril de 1586 en Lima, en la entonces colonia española del Perú. Desde temprana edad, mostró una profunda devoción religiosa y un compromiso con la vida espiritual. A medida que crecía, su deseo de consagrarse a Dios se hizo más fuerte.
- Terciaria dominica: A los 20 años, Santa Rosa de Lima se convirtió en terciaria de la Orden de Santo Domingo (dominicos), lo que significa que vivía una vida religiosa dentro del mundo secular, sin tomar votos religiosos en un convento. Ella llevó una vida de oración, penitencia y servicio a los pobres y enfermos de Lima.
- Austeridad y penitencia: Santa Rosa llevó una vida de extrema austeridad y penitencia, infligiéndose mortificaciones físicas en un esfuerzo por unirse más profundamente a Cristo en su sufrimiento. Se sabe que usaba una corona de espinas oculta bajo un velo y que llevaba una cadena de hierro alrededor de su cintura.
- Amor a los pobres y enfermos: Santa Rosa tenía un corazón compasivo y dedicó mucho tiempo a cuidar y atender a los necesitados. Ella creó un pequeño hospital en su propia casa para cuidar a los enfermos y heridos. Se la considera una patrona de los hospitales y el servicio de caridad.
- Misticismo y experiencia religiosa: A lo largo de su vida, Santa Rosa experimentó profundas experiencias místicas y uniones místicas con Cristo. Tenía una relación cercana con Dios a través de la oración y la contemplación, y su vida reflejaba un profundo amor por Jesús y la Virgen María.
- Fallecimiento y legado: Santa Rosa de Lima falleció el 24 de agosto de 1617 a la edad de 31 años. Fue canonizada por el Papa Clemente X en 1671, convirtiéndose en la primera santa nacida en América. Es patrona de Perú y muchas otras causas, incluyendo jardineros y floristas debido a su amor por las flores.
- Fiesta: La fiesta de Santa Rosa de Lima se celebra el 23 de agosto en el calendario litúrgico.
Santa Rosa de Lima es recordada por su amor y servicio a los pobres, su austeridad y devoción espiritual, y su ejemplo de entrega total a Dios. Su vida es un testimonio de fe profunda y servicio caritativo, y sigue siendo una inspiración para muchas personas en todo el mundo.
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