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Mensajes junio 27, 2018

Consistorio y cardenales: la historia retrocediendo en el tiempo

Debora Donnini ; de Radio Vaticano, explica los orígenes del Consistorio y de la figura de los cardenales, retrocediendo en el tiempo de la historia de la Iglesia para comprender mejor su gran valor en la actualidad.

Ciudad del Vaticano

El próximo jueves 28 de junio el Papa Francisco creará 14 nuevos cardenales en el Consistorio ordinario público. No obstante, la historia del cardenalato tiene orígenes lejanos.

El término «cardenal» deriva del latín cardo que se traduce como bisagra, lo cual sugiere el papel de fulcro (punto de apoyo) que desempeñan: ellos son las “bisagras” alrededor de las cuales gira toda la Institución de la Iglesia, en torno a su máximo dirigente: el Papa, el Sucesor de Pedro.

Por tanto, el papel fundamental de los cardenales, está estrechamente ligado, no sólo a la elección del Pontífice, sino a la colaboración con él en su función como Pastor de la Iglesia universal, tal y como explica al respecto el Código de Derecho Canónico.

Cómo nacen los cardenales

En la Iglesia primitiva, el Papa tenía como colaboradores algunos sacerdotes a cargo del cuidado de las iglesias más antiguas de Roma, diáconos que administraban el palacio de Letrán junto con los siete departamentos de Roma y los obispos suburbicarios, es decir, que conformaban la provincia eclesiástica de Roma.

De aquí proceden los orígenes de los cardenales y de sus tres órdenes: cardenales obispos, cardenales sacerdotes, cardenales diáconos.

Pero no fue hasta la llegada del Papa Nicolás II, en 1059, que se determinó que la elección del Sucesor de Pedro sea reservada sólo a los cardenales obispos romanos y no al clero de la Diócesis de Roma.

En 1179, el Papa Alejandro III extendió este derecho a todos los cardenales: precisamente en el siglo XII, comienzan a ser creados cardenales incluso prelados que residían fuera de Roma.

Quién puede ser nombrado cardenal

En el pasado, también los laicos podían recibir el título honorífico de cardenal y poco después realizaban la ordenación diaconal; pero en 1918, Benedicto XV decidió que todos los cardenales debían ser ordenados sacerdotes. Juan XXIII determinó que deberían también ser ordenados obispos.

Hoy los cardenales pueden ser libremente elegidos por el Papa entre los clérigos que han recibido al menos el presbiterado. Los últimos tres Papas, de hecho, han elevado a la dignidad cardenalicia a sacerdotes mayores de 80 años, pero que debido a la edad, no tienen derecho a votar en el Cónclave.

El consistorio

Los nuevos cardenales se crean en el Consistorio. Retrocediendo en el tiempo se puede ver cómo este término proviene de la antigua Roma: el «sacro consistorio» era el consejo privado del emperador compuesto por sus colaboradores más cercanos.

Los Consistorios son, por tanto, reuniones del Colegio cardenalicio y se dividen en ordinarios y extraordinarios: el primero con los cardenales que residen en Roma, en cambio, en el segundo, deben participar todos.

El de la creación de los cardenales es un Consistorio ordinario público. En este aspecto, cabe destacar que no todos los nombres de los cardenales se conocen antes de ser creados, ya que hay casos particulares en los que el nombre del cardenal no se revela, por determinadas razones de peligro que pueden poner en riesgo su seguridad, por lo que se intenta protegerlo.

El Cónclave

En el Cónclave, sin embargo, los cardenales eligen al Papa. Y mientras que en los primeros siglos el número de purpurados electores oscilaba entre los 20 y 40, llegó a establecerse en 70 con Sixto V en 1586 y, finalmente, Pablo VI lo elevó a 120.

Hasta la fecha, es decir hasta antes del Consistorio del 28 de junio de 2018, los cardenales son 212, de los cuales 114 son electores y 98 no electores. Mañana serán creados 14 nuevos cardenales, incluidos 3 no electores.

Fue el mismo Pablo VI con la Carta Apostólica Ingravescentem Aetatem quien estableció el límite de los 80 años para los cardenales que pueden eligir al Papa.

En la actualidad los cardenales provienen de los cinco continentes, precisamente de 83 países.

Entre ellos, está el Decano del Colegio cardenalicio, que preside el Colegio de Cardenales y el Cónclave.

Luego está el camarlengo que administra los bienes de la Santa Sede, rige durante el período de la “sede vacante” y convoca el Cónclave. Por otra parte, el primero de los cardenales diáconos se llama Protodiacono y debe anunciar al pueblo cristiano la elección del nuevo Papa con el conocido “Habemus Papam”.

Los signos

Los signos que distinguen el nombramiento cardenalicio son la asignación de una Iglesia de Roma (título o diaconía); el anillo, en uso desde el siglo XII, y la birreta roja púrpura. Un color que caracteriza la ropa de los cardenales y hace referencia a su disponibilidad al martirio.

Papa Francisco y los cardenales

En los Consistorios llevados a cabo a lo largo de su Pontificado, el Papa Francisco ha recordado a los nuevos cardenales su vocación de servicio.

«Él no los ha llamado a ser ‘príncipes’ de la Iglesia, para sentarse a su derecha o a su izquierda, sino que los llama a servir como Él y con Él. Para servir al Padre y a los hermanos «, dijo, en particular, en el Consistorio Público Ordinario del 28 de junio de 2017.

Con frecuencia, también los invita a entregar sus vidas por la gente como «signos de reconciliación».

«Querido hermano neo cardenal – dijo Francisco en 2016 – el viaje al cielo comienza en la sencillez, en la cotidianidad de una vida partida y compartida, de una vida gastada y dada. En el don diario y silencioso de lo que somos. Nuestra máxima es esta calidad de amor; nuestra meta y aspiración es buscar en la sencillez de la vida, junto con el Pueblo de Dios, transformarnos en personas capaces de practicar el perdón y la reconciliación «.

Y también en 2015, el Santo Padre recordó a los neo cardenales su llamada a ser hombres de esperanza y caridad, haciendo hincapié en que “la Iglesia los necesita, necesita de su cooperación, y más aún, de la comunión, conmigo y entre ustedes.

La Iglesia necesita su coraje, para anunciar el Evangelio en cada ocasión, oportuna y no oportuna, y para dar testimonio de la verdad», concluyó.

fuente: vaticannews.va

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