Hoy celebramos a San Ángel, a quien Cristo mostró “las nuevas columnas de la Iglesia»

El 5 de mayo se celebra la vida y martirio de San Ángel de Sicilia, uno de los primeros miembros de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo. San Ángel nació en Palestina en 1185, y desde niño mostró gran interés por las cosas de Dios. A los 25 años, solicitó su incorporación al Carmelo, donde vivió como ermitaño durante cinco años, recibiendo incluso una aparición de Jesús que le encomendó predicar y convertir a los pecadores.

En 1218, San Ángel fue ordenado sacerdote y recibió la misión de viajar a Roma para obtener la aprobación de la nueva Regla del Carmelo por parte del Papa Honorio III. Durante su estadía en Roma, tuvo una visión de Cristo que le mostraba los rostros de dos grandes santos, Santo Domingo de Guzmán y San Francisco de Asís, y le dijo que eran «las nuevas y firmes columnas de la Iglesia».

Posteriormente, San Ángel fue enviado como predicador a Sicilia, donde logró convertir a muchos seguidores del catarismo y acercar el Evangelio a los judíos. Sin embargo, su vida terminó trágicamente en la ciudad de Licata, cuando fue acuchillado por una banda de malhechores después de predicar a la multitud. Su culto fue oficialmente reconocido por el Papa Pío II en 1459, y desde entonces su devoción se ha mantenido muy popular.