Hoy se conmemora a Santa Eufrasia, la joven virgen que renunció a todos sus privilegios por Cristo

Santa Eufrasia: Un Ejemplo de Fe y Entrega Total a Dios ✝️
Cada 13 de marzo, la Iglesia recuerda a Santa Eufrasia de Constantinopla, una mujer que renunció a la riqueza y a un matrimonio arreglado para entregarse completamente a Dios en la vida monástica. Su historia es un testimonio de fe, sacrificio y amor inquebrantable por Cristo.
De la nobleza a la vida religiosa
Nacida en el año 380 d.C., Eufrasia era hija del senador Antígono de Constantinopla y quedó huérfana de padre a temprana edad. El emperador Teodosio I se convirtió en su protector y la comprometió en matrimonio cuando tenía apenas cinco años. Sin embargo, su madre, también llamada Eufrasia, decidió llevarla a Egipto en busca de una vida más espiritual.
Desde muy pequeña, Eufrasia mostró inclinación por la vida religiosa. Se unió a la comunidad monástica de Santa María, donde a los ocho años tomó los hábitos de novicia. A los doce, cuando el emperador Arcadio intentó hacer valer su compromiso matrimonial, ella renunció a su título, bienes y riquezas, pidiendo que todo fuera vendido para ayudar a los pobres y que sus esclavos fueran liberados.
Una vida de sacrificio y milagros
Santa Eufrasia llevó una vida de oración, ayuno y penitencia, enfrentando numerosas tentaciones y pruebas espirituales. Para fortalecer su espíritu, realizaba trabajos físicos extenuantes, como levantar muros y mover grandes piedras, como signo de humildad y entrega total a Dios.
Dios la bendijo con el don de los milagros y el poder de expulsar demonios, sanando a los enfermos y liberando a los poseídos. Su santidad se reflejaba en su amor por la oración y la renuncia total a las comodidades del mundo.
Su legado de santidad
En su lecho de muerte, Eufrasia prometió a sus compañeras Julia y Sara que estarían juntas en el cielo. Poco después, ambas también fallecieron, y la Iglesia las reconoce como santas.
Hoy celebramos la vida de Santa Eufrasia, un modelo de perseverancia, humildad y fe inquebrantable. Que su ejemplo nos inspire a confiar en Dios y a luchar con valentía contra las pruebas de la vida.
Santa Eufrasia, ruega por nosotros.
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