El Papa: En la verdad y en la caridad está el camino de la paz
El Sumo Pontífice transmitió un mensaje a los participantes del segundo Encuentro Internacional «Ciencia para la Paz», que comenzó en la ciudad de Téramo, Italia. El Papa insta a los hombres y mujeres dedicados a la ciencia a ejercer la investigación como una forma de caridad dirigida a «apoyar la creación de una cercanía renovada».
«Ser hombres y mujeres de ciencia es una vocación y, al mismo tiempo, una misión, una forma específica de caridad: la caridad intelectual». Así lo expresa el Papa en un mensaje al obispo de Teramo-Atri, monseñor Lorenzo Leuzzi, con motivo del II Encuentro Internacional Ciencia por la Paz, titulado «Nuevos aprendices del conocimiento: el método científico en tiempos cambiantes», que se lleva a cabo hasta el sábado 1 de julio en Téramo, Italia, y en la cercana localidad de Isola del Gran Sasso. «Han elegido un tema de gran interés para su asamblea, que ofrece una perspectiva llena de esperanza para el futuro de la humanidad», escribe Francisco.
Además, el Pontífice destaca que existe un vínculo fundamental entre la verdad y la caridad, como afirmó el beato Antonio Rosmini. La investigación y el estudio de la verdad son parte esencial de un auténtico servicio de caridad, ya que conducen al hombre a un conocimiento cada vez más profundo de la verdad y a abrirse al don de Dios. Por lo tanto, el Papa retoma la enseñanza de Rosmini y enfatiza la necesidad de promover incansablemente el conocimiento entre las personas.
El Papa Francisco también enfatiza que la caridad intelectual no puede ser exclusiva de unos pocos, sino que debe respaldar la construcción de una cercanía renovada. A aquellos dedicados a la investigación científica, llama a asumir esta «responsabilidad histórica». Recuerda las palabras de San Pablo VI en 1954, quien recomendó que la caridad intelectual inspirara a las personas a «pensar en grande». Destaca que solo la armonía entre conocimiento y amor, entre fe y razón, puede satisfacer las necesidades humanas. El Papa Francisco piensa en las nuevas generaciones que esperan encontrarse con «discípulos del conocimiento de este calibre». Por lo tanto, adopta las palabras de San Pablo VI hacia los hombres de pensamiento en el cierre del Concilio Vaticano II: «Continúen buscando incansablemente, sin cansarse ni desesperarse nunca en la búsqueda de la verdad». Según Francisco, «la verdad y la caridad son el camino hacia la paz».
Viganò: Promover el «pensamiento complejo»
Uno de los primeros en intervenir en la mañana fue monseñor Dario Edoardo Viganò, vicecanciller de la Pontificia Academia de las Ciencias, quien abordó el tema de la especificidad de la ciencia en el contexto del «pensamiento complejo». Se detuvo en la comparación antropológico-filosófica de dos desafíos planteados por los últimos avances científicos y tecnológicos: el Antropoceno y la Inteligencia Artificial (IA). El Antropoceno se refiere a la nueva era geológica que se percibe a través del estudio de los cambios en el equilibrio atmosférico desde la década de 1990. Esta era se define por las marcas, heridas y cicatrices causadas por la humanidad, cuya actividad ha llevado las condiciones de vida al borde del colapso. Ante la sensación de una catástrofe inminente en la Tierra, manifestada por la pérdida de biodiversidad, la emergencia climática, la degradación de los ecosistemas, la amenaza nuclear y el aumento de la injusticia y la desigualdad, monseñor Viganò invita a repensar la relación del ser humano con la propia naturaleza y la vida del cosmos, buscando establecer una relación armoniosa. El segundo desafío al que Viganò hace referencia es el enorme desarrollo de la Inteligencia Artificial, y destaca el riesgo planteado por muchos de una posible «domesticación» de las máquinas inteligentes sobre los seres humanos, en la que estos dispositivos reclamarían drásticamente su autonomía y se declararían en guerra con la humanidad.
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