S. EMILIANO, MÁRTIR DE LA MESIA

Durante el reinado del emperador romano Juliano, también conocido como Juliano el Apóstata. Juliano gobernó el Imperio Romano desde el año 361 hasta su muerte en el año 363.
En el año 362, según los relatos históricos, el vicario de la capital imperial, posiblemente refiriéndose a Constantinopla, fue enviado a Durostoro (Drobeta o Drobeta-Turnu Severin en la actual Rumania) con el objetivo de restaurar el paganismo en la región. Juliano era conocido por su intento de revivir y promover las prácticas religiosas paganas en un momento en que el cristianismo estaba ganando terreno en el Imperio Romano.
Durante la visita del vicario, un joven llamado Emiliano, que era cristiano, llevó a cabo un acto de protesta en contra de la restauración del paganismo. Según la historia, Emiliano volcó el altar y destruyó los ídolos que se usaban para los sacrificios paganos.
La acción de Emiliano fue considerada una profanación y una blasfemia por las autoridades paganas, y como consecuencia, fue condenado al martirio. El martirio era una forma de persecución donde los cristianos eran perseguidos y a menudo ejecutados por su fe.
La historia de Emiliano, aunque puede no ser tan conocida, se enmarca en un período de transición religiosa en el Imperio Romano, cuando el cristianismo y el paganismo luchaban por la supremacía. La figura de Juliano el Apóstata es reconocida por sus esfuerzos para revertir el cristianismo y restaurar el culto a los dioses paganos, aunque sus intentos no tuvieron éxito a largo plazo debido a su muerte prematura.
Es importante tener en cuenta que la información específica sobre Emiliano y su martirio puede ser limitada y estar sujeta a variaciones según las fuentes históricas disponibles.
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